jueves, 21 de octubre de 2010

El Ausente


Y estoy aquí de nuevo, el mismo lugar bajo la misma luz, - dos sobres de azúcar por favor; no, cigarillo no, gracias hoy no debo fumar, hoy no debo verla.

Calculo diez vueltas al pitillito cortado a la mitad que lo nombran mezclador, siento la canela en el café y sale un poco del oscuro por el borde del pocillo, menos mal hay una servilleta debajo.

Miro la hora, pero saco mi celular con la excusa de ver el tiempo, pero anhelando ver una llamada perdida de ella, aun más insulso esfuerzo, dejo el celular encima de la mesa.

Acerco el pocillo a mis labios y tomo un pequeño sorbo del café caliente y descubro lo patético que llego a ser ocultando mi soledad en momentos agónicos con la excusa estúpida, excusa de aprender a vivir mi soltería. Iluso de mí, aunque noches eternas entre mujeres, besos apasionados y camas con huecos, ella está en mis frases, y aunque no la quise así, ella está en mi vida.

Pasa la ilusión de mi amigo y recuerdo sus palabras: Ella esta bien en este momento sin usted huevón, y ¿usted en lo único que piensa es en irse a componer? ¿a escribirle a ella? Parce, viva sin ella. Es duro pero a veces la gente tiene que alejarse porque todo terminó, porque fueron lastimados, porque lloraron traiciones, dolores, inseguridades, celos, y una que otra indiferencia. Yo me alejo porque no ha terminado, porque no ha comenzado, porque mis esfuerzos solo han alcanzado para recibir tres poemas escritos en mis libros de versos y un gracias por ser tan especial.

- ¿Me das otro místico por favor? alzo mi voz y alargo el momento. Como no salir a las calles si ella esta a tres cuadras con la imagen de siempre, camisa a rayas, pantalón de dril un poco caído, y su cabello recogido con una insulsa moña, si de suertes, si no con un lápiz a la manera china, enredando su cabello bicolor que cuando suelta hace un juego de olas en su cabeza enmarcando su sonrisa y sus ojos inmensos y cristalinos que no hablan.

Solo soy peligroso, -un cigarrillo por favor- pudo más mi nostalgia. Si mi amigo no llega voy a terminar saltando por las uvas. Arde la garganta, el cigarrillo me quema, me quema su ausencia. 5 meses de llenarme de ella y no tenerla, que digo 6 meses 6 absurdos, frenéticos y bellos meses, dulce crueldad, dulce pesadilla violeta, un libro y el deseo de abrazarla para no besarla.

Eou ti ammo - retumba en mi cabeza, el humo del cigarro cae en mi rostro ahogando mi respiración. Me regalas una cerveza por favor y me colocas un blues por favor . Hay muchas maneras de amar, ¡como te detesto mujer!. Son 3 canciones y muchos mas escritos, como este. La tos aparece de nuevo, el cigarrillo dolió, dolió su ausencia de fuerza frenética. Puedo ahogarme en Internet para rescatarme en ella, ver su sonrisa y sorpresa al verme, hoy me siento atractivo, hoy puedo perderme en ella.

No!, prefiero mil doscientos pesos, aún es tiempo del bus rojo.

Escrito en Julio de 2006

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