Yo esperaba su vuelo, el AV-280. Llevo una semana sin ella y la ansiedad por besarla está haciendo mella en mis buenas intenciones de respetar su libertad. Los aviones carreteaban frente a mí. Aún me sorprende el tamaño de estos aparatos. Soy como un niño pequeño, me gusta jugar con la ilusión óptica para simular que puedo manejar los carritos de carga como si fueran de juguete. Parecen pequeñas hormigas trabajando para la reina. ¿Cuántos sueños, pesares, ilusiones, amores, despechos, ausentes o despreocupados llevan estos aparatos de ensueño?, ¿El piloto de la almohabana fría y el café con leche desabrido hará conciencia de su carga?, ¿Cuánto demorará ella más en llegar?.
Veo carretear un avión rojo y blanco, mi corazón palpita como aquella primera vez que la besé. ¿Es su avión? No, no es el 280. ¿Dónde podré conseguir un rosa para recibirla?, o, ¿tal vez un pequeño peluche?. El bolsillo no ayuda, la almohabana y el café con leche me quebraron. Me preguntó si el piloto de mi símil desayuno, o la aeromoza de azul oscuro que está al frente mío, o el extranjero que aún está en el piso durmiendo; ¿notan que estoy ansioso por ver ese avión?. No paro de ver cada dos minutos el reloj, no puedo contener los pies quietos. ¿Porqué demora tanto su vuelo?, ¿Dónde está el bendito 280?.
Otro avión llega, carretea y tampoco es. Voy a hacer un chance con el 280. Tengo abrazos, palabras, caricias y noches sin dormir en canje. La sala de espera se está llenando de a pocos, más gente llega a los ventanales para ver los aviones. Una hermosa niña le pregunta a su mamá (supongo), si en ese avión viene su hermanito. Ella le responde con esa dulce mirada que solo despierta un niño cuando hace aquellas preguntas que mueven el alma y nos hacen preguntarnos si en verdad, esos enanitos, son ángeles.
Escribo un Te Amo gigante en una de las hojas de mi cuaderno. Lo he decidido, me parare al frente de la salida, levantándolo en alto, tal como hacen las grandes empresas con sus ejecutivos. No me importa ser un romántico ridículo y cursi, con tal de sacar una sonrisa de sus labios y ver ese brillo en sus ojos que me enamoró.
Otro avión rojo y blanco. No noto bien el número, tengo un rayón en las gafas. ¡Ese és! ¡Llegó!. Me voy con paso apresurado a donde arriban los vuelos internacionales. Me cuelo por una de las entradas, pero un celador me descubre y amablemente me invita a salir a las afueras del aeropuerto, donde llegan los vuelos internacionales. Me disculpó a lo Homero Simpson, diciendo que es mi primera vez allí.
Me situó al frente de esa gran puerta de vidrio. La espera se vuelve perturbadora. Quiero abrazarla y no soltarla nunca. Tengo listo el aviso artesanal de amorosa bienvenida listo y en el aire. Veo la gente con sus maletas de rueditas salir, no la veo. Las famosas mariposas en el estómago aparecen. Me siento inquieto, no la veo… No llega. Limpio mis gafas, como si eso ayudara a verla más pronto, terminó y subo rápidamente mi aviso con la culpa de haberlo bajado por un par de segundos. De pronto siento que alguien me abraza por la espalda. Es ella, con su dulce cabello oscuro, sus ojos de plata y su tranquilizadora sonrisa. Yo, me equivoque de puerta… otra vez.
...traigo
ResponderEliminarsangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...
desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ
COMPARTIENDO ILUSION
EL HOMBRE AZUL
CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...
ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE ALBATROS GLADIATOR, ACEBO CUMBRES BORRASCOSAS, ENEMIGO A LAS PUERTAS, CACHORRO, FANTASMA DE LA OPERA, BLADE RUUNER Y CHOCOLATE.
José
Ramón...